martes, 30 de agosto de 2011


FUNDAMENTOS TEÓRICOS SOBRE EL DESARROLLO DE LA ADOLESCENCIA

por Carlos Alberto Vargas Prado

“La adolescencia, como cualquiera otra etapa de la vida humana, tiene características particulares que permiten identificarla cronológicamente por medio de los comportamientos específicos o por los fenómenos del proceso de ajustamiento de los individuos a su medio o con otros adolescentes que se encuentren en situaciones semejantes”.

Rosa Elena Nieves Rodríguez. Aspectos del desarrollo y consistencia de la personalidad.

Cuando no se tiene una idea clara de los diferentes estudios que en torno al desarrollo del adolescente se han elaborado y se hacen juicios de valor acerca de su comportamiento sin tomar en cuenta los postulados de diversos autores, se cae en el error de considerar esta fase del desarrollo humano como poco determinante y carente de interés en el análisis psicológico de diferentes sociedades.

La adolescencia es una etapa de suma importancia en el desarrollo de todos los seres humanos, al ser determinante en el comportamiento venidero de algunos sujetos y representar para diferentes culturas una entrada a un nuevo estadio, en el que la toma de decisiones y la consecución de objetivos serán de vital importancia y trastocarán todos o la mayoría de los aspectos biopsicosociales de los hombres y mujeres que hubieran tenido en dicha fase un desarrollo promisorio.

En el presente capítulo se hace una síntesis comentada de los diferentes estudios que se han llevado a cabo en torno al desarrollo del adolescente, cuyas aportaciones serán de vital importancia no sólo para nuestro entendimiento sobre las personas que atraviesan esta etapa, sino para hallarle una aplicación en las aulas y en nuestro desarrollo posterior.

Cuando se habla sobre los posibles problemas que atraviesa el ser humano durante su desarrollo adolescente y la serie de eventos que deben suscitarse para que consiga salir airoso de esta fase de su vida, lo que se hace es una alusión a una de las primeras teorías en torno a los cambios psicológicos que se dan durante esta etapa, misma que fue planteada por Hall a principios del siglo XIX y que se va más por considerar la adolescencia como una etapa entre la niñez y la adultez, que carece de significaciones posteriores en el andar del sujeto.

Una teórica del desarrollo y pensamiento adolescente que fundamentó sus resultados en el análisis de dos grupos de sujetos que atravesaban por esta etapa de su vida fue Margaret Mead. Esta autora analizó el comportamiento de algunos adolescentes de la Samoa y quiso aplicar dichos resultados a la realidad de las sociedades occidentales, en las que el desenvolvimiento de los roles sexuales, el interés por el trabajo, la ayuda a los adultos, entre otros factores, encuentra semejanza con lo que sucede en dicho país. Sin embargo, Freeman, entre muchos otros autores, criticó esta postura y hoy ha pasado a fornar parte de las explicaciones olvidadas. Para llegar a dicha conclusión, Freeman especifica que el contexto situacional, cultural y social de los adolescentes debe ser tomado en cuenta siempre que desee plantearse una teoría y no generalizar los resultados a los que se llegan.

A la luz del psicoanálisis y la psicología del yo se han llevado a efecto los estudios más concienzudos y de aplicación sobre el desarrollo del adolescente. Sigmund y Anna Freud, junto con Erik Erikson legaron análisis que hasta nuestros días resultan de vital importancia en el entendimiento de la adolescencia, por lo que sus teorías, a diferencia de las mencionadas anteriormente, no resultan obsoletas.

El descubridor del inconsciente, Sigmund Freud miraba en la adolescencia una etapa de vital importancia en el desarrollo de los seres humanos, al ser en ésta donde las pulsiones sexuales pueden hallar una salida, por contar los sujetos en esta periodo de estructuras físicas que les permitirán llevar a efecto el acto sexual, lo que les deparará satisfacción y la posibilidad de continuar con la permanencia de la especie.

Consideraba que en los comienzos de la adolescencia, tanto hombres como mujeres recurren a la masturbación como un deseo de encontrar los centros de placer en su cuerpo y como una preparación a lo que serán los sucesivos encuentros sexuales con personas del sexo opuesto. Aunque psicólogos posteriores a Freud dijeron que entre los adolescentes de 16 y 17 años la autoerotización es más frecuente que entre los de 13 y 14, el genio vienés ya había advertido de que es justamente a partir de esta edad cuando la masturbación puede disminuir, por comenzar los galanteos y coqueteos entre los adolescentes y, por lo consiguiente, las primeras relaciones sexuales.

El padre de la psicología moderna anotó que el deseo del adolescente de tener nuevas identificaciones, lo llevaba a transitar por un estadio de homosexualidad latente, en la que depositaba montos libidinales en aquellas personas de su mismo sexo que significaran un aliciente de socialización y de objetivos de vida, mismos que podrían ser profesores o gente importante. Por este motivo, en la adolescencia es más frecuente que existan bandas y grupos en las escuelas en los que difícilmente puedes entrar por no contar con las características que los integrantes piden.

Cuando se piensa en que hay adolescentes que no piensan en sexo ni en fiestas, sólo se dedican a estudiar y pasan grandes periodos de tiempo a solas, y no se toma en cuenta la explicación de lo mismo, se deja de lado la explicación que Anna Freud, hija del creador del psicoanálisis, hizo sobre la intelectualización, mediante la cual el adolescente reprime sus deseos pulsionales vía la sublimación y traslada su energía sexual al estudio y a la formación académica. Cuando la experiencia lo lleva a tener sus primeros encuentros sexuales, lo normal es que consiga hacer un balance entre sus actividades escolares y sus encuentros amorosos.

Para Anna Freud, el ascetismo es común en la adolescencia, pues los sujetos se encierran en sí mismos y difícilmente permiten que otros formen parte de su mundo. Consideraba que el andar cotidiano y el desarrollo posterior conseguirían que la sociabilidad hiciera su entrada y que el adolescente renunciara a su deseo de apartarse de los demás.

Erik Erikson ve en la adolescencia una etapa de suma importancia por ser en ella donde los deseos de sobresalir son manifiestos y en la que se lucha por alcanzar los objetivos tanto de intelectualización y trabajo, como los de vida. En el adolescente hay una crisis de identidad por no encontrar una respuesta a los cambios que se dan en su cuerpo, pero con el paso del tiempo les halla una solución y entonces la intimidad y sus deseos de superación lo llevan por un camino normal.

Al tomar en cuenta lo anterior, vemos que en la adolescencia puede existir un desarrollo saludable cuando no se pierde de vista el deseo que en cada uno de nosotros está presente por aprender y ser mejores cada día. Existen sujetos que en esta etapa pueden presentar un comportamiento desviado del esperado no sólo por sus padres, sino por sus profesores o algunas autoridades, pero debe tenerse en cuenta que con la entrada de la llamada adolescencia tardía, surge también la presión social que depara al sujeto un afán de pasar al siguiente estadio: la juventud, en la que todo lo que aprendió tendrá diversas aplicaciones y repercusiones.

Cuando existen mujeres que de 15 o 16 años que han dado a luz y deben renunciar a sus estudios o casarse sin estar preparadas para ello, se genera odio en el adolescente varón por los planes que puede tener y a los que debe renunciar. Esto no es benéfico para ninguna de las dos partes y tristemente se piensa que los padres de estos sujetos no tienen cabida en la resolución de problemas de sus hijos y eso no es verdad. Toda vez que exista una armonía en los hogares, la suficiente comunicación y apoyo por parte de los progenitores y un deseo manifiesto en los mismos porque su hijo o hija salga adelante, se logra un desarrollo normal, se evita el vandalismo y se mira un desempeño futuro muy promisorio.

El conocimiento que tengamos sobre los diferentes puntos de vista desde los que se ha mirado a la adolescencia, nos permitirá hallarle una aplicación en nuestras aulas y con los sujetos a los que debamos darles clase, no sólo para transmitirles de un mejor modo todo nuestro caudal de saberes, sino para hallar la mejor forma de que lo adquieran, de que lo asimilen y de que dejemos honda huella en sus corazones y en su pensamiento, para que vean a la labor docente como un aliciente en su posterior profesionalización.

La creación en las preparatorias de talleres son un aliciente de socialización y de deseo de conocer otros espacios del bachillerato universitario que deben ser dados a conocer a los adolescentes. Actividades extra–clase como el teatro, el canto, la realización de proyectos de investigación, la creación de grupos de debate, aprender a bailar, son de vital importancia para canalizar la energía de los estudiantes y que de esta manera, encuentren un modo óptimo de sobresalir no solamente en sus estudios sino en realizaciones que les permitirán nutrirse de otros aspectos relacionados indirectamente con la academia.

Desde esta perspectiva y con lo que se ha visto hasta ahora en el presente trabajo, son diez las palabras que deben tomarse como referencia al hacer un estudio sobre la adolescencia y la academia, para el entendimiento de los procesos psicológicos y físicos que se experimentan durante este periodo.

adolescencia. Etapa del desarrollo que va de los 12 a los 20 años y en la que los sujetos experimentan cambios físicos como el ensanchamiento de la espalda, en el caso de los hombres, y el crecimiento de los senos, en las mujeres y el cambio de voz. En esta etapa hay cambios psicológicos que conllevan crisis de identidad e iniciación en actividades sexuales, que serán determinantes en el desarrollo posterior de los adolescentes.

sexualidad. Parte fundamental del desarrollo humano, según Freud, al proveer a los sujetos de energía, el libido, para llevar a efecto las actividades que deseen no sólo en el rubro genital, sino en lo que sea que les depare placer. La universalidad de la sexualidad en la teoría psicoanalítica freudiana si bien tiene relación con la genitalidad, se aparta de esta por la constitución de un tipo de personalidad específica, ya sea psicótica, perversa o neurótica y en este último caso que estará marcada por un fijación: oral, para la histeria, anal, para la obsesión compulsiva y fálica, para los fóbicos.

teoría. Punto de vista desde el que se busca dar respuesta a algún problema. Para la elaboración y comprobación de una teoría debieron llevarse a efecto una serie de estudios y análisis concienzudo por parte de los investigadores, que en la mayoría de los casos parten de una corriente crítica y de conocimiento. Una teoría puede convertirse en ley cuando la repetición del experimento da el mismo resultado. Sin embargo, esto es más frecuente en las ciencias naturales o formales, cono la biología y la física, que en las sociales, como la comunicación, la política o la psicología.

salud. Se dice del estado en que la persona cuenta con las capacidades motrices y mentales para llevar a efecto las actividades que desee, sin conllevar un riesgo para los demás miembros de la sociedad. Salud e higiene suelen ir de la mano cuando se hacen estudios sobre desarrollo humano y diversas enfermedades.

desarrollo. Abstracción que hace referencia a los cambios experimentados por los organismos y que encuentra su aplicación en la biología, la psicología y otras ramas del saber: desarrollo intelectual, desarrollo físico, desarrollo motriz, entre otros.

intelecto. Capacidad que tienen todos los seres humanos normales de desarrollar actividades que conlleven un avance en la ciencia, en la técnica, en la cultura y en la sociedad, de tal modo que pueda verse un alcance de las estructuras cerebrales capaz de llevar a efecto lo que sea necesario.

masturbación. Actividad sexual y genital, llamada por Freud autoerotización, en la que no se cuenta con una pareja y a través de la cual se busca llegar al orgasmo y obtener un placer inmaduro por no ser de intercambio recíproco. Es más frecuente en los adolescentes de 12 o 14 años y disminuye cuando se madura en los aspectos amorosos, genitales y de desarrollo.

identidad. Aquello que el sujeto conformador de una cultura lleva inserto desde el momento de su nacimiento y que conllevan comportamiento, tradiciones, costumbres, ritos y formas de entender el mundo. Se acompaña de la alteridad, por ser ésta la representación de lo que otros sujetos con un desarrollo diferente tienen y los hace ser de interés con respecto a las características que se tienen en una sociedad determinada.

rol. Conjunto de normas y comportamientos que conllevan en los sujetos un reconocimiento de su andar por la vida. Se establece por diferencias sexuales, de desarrollo, culturales, sociales, económicas, psicológicas y políticas, que propician un reconocimiento de las estructuras de poder dominantes en diversas comunidades y permiten la identificación de los sujetos y la formación de grupos específicos.

lealtad. Mecanismo psíquico por el que se reconoce la existencia de algunos sujetos en nuestra vida. Los lacanianos hacen la separación entre fidelidad o lealtad, por considerar a la primera imposible en los seres humanos. Se es leal en el sentido de que se sabe de la pertenencia a Otro y de los sentimientos que se experimentan hacia él.

Si se tiene como base la investigación cualitativa en torno al desarrollo de las sociedades contemporáneas y el predominio de estudios sobre la importancia de la adolescencia, que prefieren analizarla desde un sentido más cultural que psicológico, aunque no dejan de lado al mismo, es importante tener en mente las siguientes preguntas-hipótesis sobre los procesos de cambio:

  1. ¿Las teorías psicológicas sobre el desarrollo de la personalidad y la importancia de la adolescencia representan un avance en las diferentes perspectivas desde las que se ha mirado el desenvolvimiento y análisis de los seres humanos en diversas facetas de su vida?

  1. ¿Es la adolescencia una etapa de vital importancia para el desarrollo posterior de todos los sujetos, en la que se reafirma el instinto sexual y en la que se desea sobresalir de diferentes maneras contrarias a lo académico, como la conformación de bandas, la drogadicción y la delincuencia?

  1. ¿Puede hallarse una explicación del comportamiento adolescente en el predominio de confusiones y cuestionamientos que los sujetos se hacen en esta etapa de su vida acerca del desarrollo físico que experimentan y que los marcará en lo sucesivo?

En esta parte del trabajo se ha hecho un balance profundo sobre diversas teorías tendientes a explicar el desarrollo físico y psicológico de los adolescentes. Esto nos abre la brecha para puntualizar sobre la importancia de trasladar todos estos conocimientos a las aulas y de esta manera encontrar una explicación sobre la conducta que se hace manifiesta entre los estudiantes de bachillerato, mismos que parecen no darse cuenta de la oportunidad que tienen de incrementar su bagaje cultural al formar parte de una institución como la Universidad Nacional Autónoma de México.

De ninguna manera puede cuestionarse que la labor de algunos jóvenes del bachillerato universitario interesados por sobresalir en sus estudios es destacable, cuando se está inmerso en instituciones que albergan una gran cantidad de gente que mira en sus instalaciones una manera de pasársela bien al lado de los que denominan sus amigos. De ninguna manera debe dejar de reconocerse que los reconocimientos que da la Universidad Nacional Autónoma de México a los adolescentes que llevan diez en sus estudios en preparatorias y CCH’s no representan un aliciente de superación académica en beneficio de cuidado del buen nombre que tiene la Máxima Casa de Estudios y que ni el secuestro del que fue presa por un grupo de gente, que la disfrazaron de huelga en beneficio de sus propios intereses, pudo manchar.

Por el interés puesto en la realización del presente informe y la crítica al modo de operar de algunas teorías del desarrollo adolescente, considero que evidentemente las propuestas por Mead y Hall resultan obsoletas en la actualidad por no contener en su estructura un análisis de los profundos procesos de cambio que hay en los adolescentes.

El conocimiento que tengamos sobre los cambios experimentados por los adolescentes y la manera de canalizar su energía libidinal en actividades productivas que irremediablemente trastocan la academia, conllevará que nuestro desarrollo como docentes vaya más allá de dar clases y transmitir un saber que quizá para los alumnos no sea del todo importante. Corresponde a nosotros aprender a enamorar a los adolescentes de nuestra asignatura.

sábado, 20 de agosto de 2011

LA CONCEPCIÓN DE LA PERVERSIÓN EN EL PSICOANÁLISIS: ¿LA PÉRDIDA DEL GOCE O SU HUMANIZACIÓN FANTASMÁTICA?


LA CONCEPCIÓN DE LA PERVERSIÓN EN EL PSICOANÁLISIS: ¿LA PÉRDIDA DEL GOCE O SU HUMANIZACIÓN FANTASMÁTICA?

por Carlos Alberto Vargas Prado

“¿Qué es la perversión? No solo es aberración respecto a los criterios sociales, anomalía contraria a las buenas costumbres –aunque este registro no esté ausente– o atipla respecto a criterios naturales, a saber, que ella deroga, más o menos, la finalidad reproductora de la conjunción sexual. Es su estructura misma otra cosa. Por algo se dijo de cierto número de inclinaciones perversas que son un deseo que no se atreve a decir su nombre. En efecto, la perversión se sitúa en el límite del registro del reconocimiento; y es esto lo que le fija, la estigmatiza como tal”.

Jacques Lacan. Los escritos Técnicos de Freud, 9 de junio de 1954.

El planteamiento científico de los problemas sexuales inicia a fines del siglo XIX, en esta época los científicos conceptualizaron a las parafilias como anomalías del instinto y reconocieron la naturaleza sexual de estas condiciones humanas. El más importante representante fue Krafft-Ebing en 1869 con su obra Psychopathia Sexualis. Realiza una descripción de las anomalías del instinto, las cuales constituían el fondo de las obras médico-filosóficas o literarias, cayeron en ocasiones en ambigüedades o sofisticaciones. Kraft-Ebing dio el nombre de dos escritores a dos clases de parafilias: Sade (sadismo) y Masoch (masoquismo).

Más adelante, el Dr. Sigmund Freud conceptualizó las parafilias –llamándolas perversiones– como consecuencias de un desarrollo problemático de la sexualidad infantil y las consideró conductas infantiles anacrónicamente fijadas.

Los sujetos perversos o perversos, por sus condiciones psíquicas, elaboran otro código cultural que difiere del común.

La palabra perversión deriva del latín perversio, que significa “cambio de bien en mal y corrupción de las costumbres”. La perversión es una estructura psíquica, que no está dentro de la cultura pero no está fuera. Este sujeto perverso vive en el límite de la locura y la cordura, no vive en su sueño pero lo hace realidad.

En 1885 el psiquiatra francés Magnan Hirschfield utilizó por primera vez la expresión perversión sexual, que luego quedó sobreentendida cuando se habla solamente de perversión.

Propiamente esta estructura psíquica es la que interesa en esta investigación. Así que se hablará y explorará exclusivamente el mundo de las perversiones en el aspecto sexual.

En la perversión o parafilias –término derivado de “las palabras griegas para fuera de y filia, amor (...) Es para describir las conductas sexuales catalogadas como perversiones, desviaciones o aberraciones”– la transgresión a la Ley se convierte en objeto de amor y sexual. El sujeto en perversión andará bajo la forma sexual, buscará, encontrará y consumará la transgresión. Su existencia es pública, expuesta y difundida, porque la transgresión radica en eso: en mostrar a los otros qué se puede hacer con lo que no se debe hacer.

En estas formas “de conducta erótica, los métodos por los que se consigue la excitación sexual tienen una estructura de vinculación en la que el componente interpersonal no está presente o bien, se encuentra presente pero en forma muy desbalanceada. Se caracteriza por un estímulo inadecuado”, no sin olvidar la moral imperante en un cierto tiempo y espacio, que ordena el deseo y la respuesta sexual. Por ello las perversiones o parafilias son tan antiguas como el hombre mismo.

El sujeto perverso tiene una actividad compulsiva (algo que el sujeto quiere hacer desde el superyó y el yo) y siente un apremio o fuerza que lo empuja a ejecutar una acción y se debe al pulsionar inconsciente que niega, no sólo, los mandatos del superyó, sino las decisiones en la realidad del yo. Es decir, ninguna de estas dos instancias pueden oponerse al apremio del inconsciente. Lo que aparece en la conciencia es el deseo. Acto seguido, la fantasía es aterrizada.

Las verdaderas parafilias son trastornos que persisten a través del tiempo. A diferencia de la experimentación perversa, un sujeto normal sólo tiene prácticas perversas de modo recreativo y ocasional para evitar la rutina en sus prácticas sexogenitales.

La parafilia puede constituir un secreto sexual –de la fantasía y la masturbación– y puede realizarse con algún partenaire. La pareja del perverso suele tener distintas respuestas a la parafilia:

· Puede ser una víctima desamparada del abuso,

· Puede disgustarse y separarse, o

· Puede ser un cómplice consentidor y gozador de la desviación

Cuando Freud afirma que “la perversión es el negativo de la neurosis” se refiere a que en la perversión a Ley se establece, pero con la significación opuesta a la del neurótico. Es decir, en el sujeto perverso el padre es perfectamente reconocido, es llamado a la realidad a asumir su papel, pero como personaje absurdo, porque en la realidad del discurso –siempre inconsciente– no existe como figura portadora de la ley. En la perversión el ser humano puede establecerse como sujeto del discurso y como agente de su acto.

En el sujeto perverso se plantean dos afirmaciones contradictorias: por una parte afirma la castración de la madre, es decir, que ella no posee el objeto de su deseo; no obstante, asume la negación de ésta, pues afirma la existencia de tal objeto.

Es importante señalar que el Padre para el perverso es perfectamente reconocido, más no asumido. Complicación: El Padre no existe en el discurso, por lo tanto no está muerto y no fue simbolizado y los procesos inconscientes están fracturados e incompletos. El Padre sólo existe en el consciente, como persona física, es decir, como actor social. Esto le permite al perverso respetarlo, pero no asumir e introyectar al Padre como poseedor de la Ley cultural de la Prohibición, por ello no la reconoce ni la obedece. El perverso no fue castrado por la Ley del Padre, por lo que no hay culpa del deseo parricida, incestuoso o caníbal.

El perverso vive en un universo subjetivo dividido: por un lado, la escena pública que le permite inspeccionar la no-transgresión y la discontinuidad del placer, es en esta escenificación donde el padre/actor existe, pero sólo como ley en el gran Otro. Por otro lado, el perverso vive en la escena privada, ahí es donde la verdad de la no-castración materna sobrevive en el ritual que elimina el sentido de las leyes, de la no-transgresión y de las buenas costumbres y es aquí donde el padre toma forma de ser ajeno e inclusive se configurará como parte del universo de los castrados.

Para el perverso es obedecer y gozar, lo que transgredir y culpabilizar al neurótico. Para el primero la ley conduce y gobierna el goce, mientras que para el segundo es una garantía contra el goce y la permanencia de los tabúes.

También las parafilias funcionan como mecanismos de defensa, donde los elementos sexuales infantiles pasan por el Complejo de Edipo, que los desvía. Este fragmento infantil, sobre el cual es desplazado el placer primitivo (el aquí y ahora), debe tener una relación especial con el yo para poder escapar a la represión y lograr una especie de forclusión, es decir, “la expulsión de una idea sexual que retorna bajo la forma de una percepción delirante”; de esta manera, el yo toma como propia una porción del instinto y autoriza su expresión consciente, mientras que el resto sufre la represión o bien una forclusión.

La parafilia no sólo representa una defensa contra la ansiedad de castración, sino contra los sentimientos de culpa: el miedo a la castración proviene del impulso de penetrar a la vagina de la madre que está ocupada por el pene paterno, donde los deseos pasivo-femeninos con relación a este pene implican el peligro de castración, que depende de los impulsos oral-sádicos.

Las sociedades nacen y desaparecen, pero la sexualidad y el sexo han sido normados; coartación envuelta en rituales mágicos y significativos, permisividad y prohibición expresan artificialmente la naturaleza de la sexualidad humana. La historia lo muestra, la sexualidad ha sido y es el punto por excelencia para normar y controlar el poder. ¿Por qué? Porque el discurso del deseo afirma que la felicidad radica en la extinción del displacer. Por ende, lo indispensable para que el hombre y la mujer se mantengan con vida, es precisamente la búsqueda perpetua del placer.

Referencias Bibliohemerográficas

  1. FREUD, Sigmund. “Tres ensayos para una teoría sexual, (1905)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo VIII, pp. 310-369.
  2. Glosario Sexual en www.madeja.com
  3. MORRIS, Charles G. Psicología. Prentice Hall, México, 1993, 407 pp.
  4. NASIO, Juan David. Enseñanza de siete conceptos cruciales en psicoanálisis. Gedisa, México, 1996, 463 pp.